El sueño que no se logró conciliar en la noche, fue el causante de lo que pasó en el día ¿Pero qué fue lo que provocó aquello?
Todo
Esa es la respuesta, ya no podía soportar nada, sólo rendirse, pero algo le decía dentro suyo que debía ser más fuertes que sus impulsos. Quería sólo una cosa; irse. Ya fuera por cerrar los ojos y renunciar, dejarse llevar por todo el afluente de problemas, hasta que sus pulmones dejaran de exhalar las ilusiones, sueños y esperanzas que albergaba su corazón, los sentimientos acumulados no explotarían y seguiría siendo aq